Luhana es una niña de diez años, procedente de una comunidad afrodescendiente de Piura -Perú. Ella es una niña patrocinada de Plan International y participante del programa educativo “Niñas Empoderadas”, el cual ha contribuido en el fortalecimiento de sus habilidades sociales, liderazgo y empoderamiento.
En sus tiempos libres, le gusta leer, dibujar y cantar, pero no es ajena a las dificultades que se presentan en su entorno, pues a partir de su participación en el programa “Niñas Empoderadas” de Plan International, ha desarrollado un plan de acción para abordar dos problemáticas que ha identificado: el machismo y el embarazo adolescente.
Piura es la segunda región más poblada luego de Lima, donde 8 de cada 10 víctimas de trata de personas son mujeres y el 10,2% de las adolescentes entre 15 y 19 años ya son madres o están embarazadas. Estas situaciones se han transversalizado a las escenas más cotidianas de la vida.
Nos cuenta que, en su colegio durante el recreo, ella y sus amigas querían jugar futbol, pero un compañero les dijo que no podían hacerlo porque las niñas no juegan futbol. Ella no se quedó callada y apresuradamente recordó el significado de una de las palabras que había aprendido en los talleres:
“Eso no es verdad, lo que estás diciendo es un estereotipo de género, las niñas podemos hacer demasiadas cosas, jugar futbol, estudiar física o realizar cualquier actividad que hacen los niños”.
Este hecho y otros escenarios parecidos donde ha escuchado frases machistas que intentan limitar la vida de mujeres y personas en situación de vulnerabilidad, le hizo ver que era necesario que más habitantes de su comunidad accedieran a más información para prevenir de la violencia y el embarazo adolescente.
Es así que su tras un largo proceso de aprendizaje, fortalecimiento de habilidades sociales y aumento de sus conocimientos, junto a 2 compañeras del programa “Niñas Empoderadas”, ha impartido talleres para las y los estudiantes de su colegio.
En estos espacios, les explican sobre la importancia de eliminar la violencia basada en género y alerta sobre las consecuencias de un embarazo adolescente, pues en muchos de los casos deviene en uniones tempranas en donde las mujeres tienen mayores probabilidades de sufrir todos los tipos de violencia.
“Cada una, hizo afiches que decían: ¿Qué es un estereotipo? ¿Cómo podemos romper las cadenas del machismo? ¿A qué instituciones debes acudir si eres víctima de violencia? Y luego, con ayuda de mis primos, los pegamos afuera del colegio, en la posta médica o en otro lugar conocido para que muchas personas de nuestra comunidad los leyeran. También, nos organizamos para dar charlas en el colegio sobre las consecuencias de un embarazo adolescente”.
Muy optimista nos cuenta que todos estos esfuerzos van sumando frutos:
“En mi colegio no todo es perfecto, pero luego de todo lo que he hecho y el respaldo de los docentes, las niñas ya podemos hacer uso de la cancha deportiva para jugar futbol. Veo también un interés de algunos estudiantes por conocer más sobre el machismo y cómo planificar sus vidas”
Estas iniciativas también las replica en su hogar, es así que a su hermana más pequeña la pone al tanto de todo lo que aprende en los talleres de que lleva gracias a Plan International. Incluso a veces no tiene que contarle, pues al realizarse las charlas vía Zoom, su hermana se sienta a su costado a escuchar las sesiones.
La joven participante de Niñas empoderadas se encuentra muy feliz por las iniciativas que viene realizando, por todo lo que ha aprendido durante este tiempo y se autodenomina una niña empoderada:
“Me siento una niña empoderada porque levanto mi voz para hacer notar la desigualdad, creo en mis capacidades y sé que con ayuda de mis padres puedo llegar a ser una gran pediatra. Sé que soy valiosa e importante”.
Sobre el proyecto de Protección contra la Violencia de Plan International en Piura:
Luhana es una de las 311 niñas piuranas que el proyecto Protección contra la Violencia viene acercándoles información, acompañándolas en su proceso de empoderamiento para la conquista de sus derechos, representación en toma de decisiones e involucramiento en las problemáticas que las afectan. Además del trabajo directo con las niñas, niños y adolescentes, el proyecto trabaja con familias y principales garantes o tomadores de decisiones, con el fin de construir entornos más seguros y libres de violencia.