Cielo tiene 17 años y ya ha propuesto planes al Gobernador de Loreto para reducir el embarazo adolescente en su región. Sabe cómo planificar métodos de medición y acción participativa, campañas de incidencia, vigilancia social y evaluación comunitaria. Pero, sobre todo, sabe que la clave para hacer valer los derechos de las niñas y adolescentes es incidir políticamente por ellas para promover su educación.
Todos los caminos llevan a la educación (o a la carencia de ella)
En el distrito de San Juan Bautista, en el departamento más grande del Perú: Loreto, vive Cielo. Ella se transporta todos los días a la escuela en “motocarro”. Este es, no solo el medio de transporte más utilizado en Loreto, sino, además, la principal fuente económica de la mayoría de familias: “Debido al sistema educativo y el nivel socioeconómico, muchas familias no tienen oportunidades de estudiar y postular a puestos de trabajo. Por eso, los padres tienen motocarros o talleres para motocarros”, comenta Cielo.
Además del limitado futuro laboral, en muchas zonas de Loreto, poder estudiar es casi una hazaña. Antes de mudarse a San Juan Bautista, Cielo vivía en una zona rural, en el que había solo un solo colegio para varios pueblos. Niñas y niños debían viajar largas distancias tan solo para asistir a clases.
Sin embargo, la causa más grande de deserción escolar en Loreto es la principal preocupación de Cielo: el embarazo adolescente.
La educación sexual integral es un acto político
“Hay bastantes chicas que no estudian, que ya tienen sus pequeñas familias tan temprano. (…) Sin educación no se puede hablar de sexualidad, sobre cómo cuidarte. Sin esos conocimientos previos, ¿cómo vas a poder prevenir un embarazo adolescente?”
Con decepción en su voz, Cielo cuenta que en Loreto está normalizado ver niñas embarazadas. Por lo tanto, no se da seguimiento a políticas públicas que enfrenten esta problemática. En su interés por entender esta realidad y modificarla, se encuentra con el proyecto “¡Decidamos Ya! Reducir el embarazo adolescente en Loreto” en el que forjó sus bases como activista participando del componente de Incidencia Política y Gobernanza.
Su día a día como activista se resume en visitar zonas rurales, postas y centros de salud; entrevistar obstetras, adolescentes y madres para planificar estrategias que logren cambios en las leyes de su región. Cielo ha visto casos que muchos adultos en el Perú tan solo ven en noticias, y que, a menudo, ignoran.
“A las autoridades, por favor, apoyen nuestras iniciativas. Dennos una oportunidad de mostrar que tenemos un potencial inmenso y que podemos lograr grandes cosas. No digamos no a tantas niñas, niños y adolescencias.”
Acelerando el reloj en Loreto
El embarazo adolescente y la deserción escolar son tan solo el inicio en la carrera de Cielo por atacar todas las necesidades que contempla en su país hasta alcanzar la igualdad.
“Llegar ahí me ayudó a decidirme por la carrera que quería estudiar. Ahora sé que lo mío son las leyes. (..) Quisiera ser fiscal, ver casos impactantes y ayudar con mi conocimiento a las mujeres”.
Como activista, Cielo comprendió que la manera de hacer un cambio real es involucrarse en la política. Y que su nueva misión sería no solo proteger a la niñez y adolescencia, sino también promover la participación de más estudiantes en el ejercicio de la misma. Su interés por el bien común y la vasta experiencia que lleva a su corta edad, le brinda al país un respiro de esperanza.
“Hagamos que nuestra voz se escuche en todo el mundo, hagamos un eco súper fuerte para que las cosas cambien.”
Cielo, 17 años.